La epopeya española de FURRO OBESO (27)

20 Name: Lost Soul : 18/02/06 14:42

Martín Fierro, el afamado gaucho matrero, había sido "intertextualizado". Borges, Martín Kohan y otra gente de la literatura lo habían mancillado. Lo habían hecho comer CARNE POR POPA. ¿Cachai? Lo habían hecho heteroelástico. Pero la tensión dio paso a la distensión, la laxitud. La persistencia de la memoria, el chicletiempo. Y en otra línea temporal, una donde Gwen Stacy era Stacy Malibú, Fierro había descubierto el poder del anonimato en los tablones virtuales de texto e imagen. Era la época de los tamagochis y los reproductores portátiles de mp3. Era un Fierro flogger. Emo, más bien. Escuchaba Evanescence y Lacuna Coil. Sabía que todo lo que nacía moría. Más allá de las conquistas en vida, ¿qué había?
La nada.
PERO MIENTRAS: Los cuerpos (vivos o muertos), indefensos. Podían ser deshonrados, orinados, escupidos y defecados. Gengis Khan, implacable violador de innúmeras hembras humanas y animales, decretó el secreto paradero de su tumba para siempre. Pero ahora todo era visto y subido a internet (bienvenide a internet, amigue). Así que cada payaso tenía su ocaso. Sus quince segundos de fama. Y si se afligía, un montón de trolería ciberbulinera. Y después de los memes, una infinidad de olvido. ¿Quién y por qué guardaría irrelevantes screencaps de nuestra impenitente nulidad? ¿Por qué perseverar en el archivado incesante de nuestra aburrida irrelevancia? Todavía se usaba el formato jpg. Pero vendría el avif, el webm...
Entonces, Martin Fierro decidió hacerse el interesante. Valiéndose de la ELIPSIS como recurso retórico, desdibujó sus huellas y se recluyó en su dimensión paralela a mirar sus VHS de Serial Experiment Lain y Boogiepop Phantom, grabados de LOCOMOTION.
El interés en el elusivo e inaccesible gaucho se mantenía moderado, pero continuo. Hallarse siempre disponible disminuía sus poco sustanciales apariciones.
No era más grande quién más espacio ocupaba, sino quién más vacío dejaba cuando se esfumaba de esta insalubre realidad sin esperanzas.
Pasarían décadas, donde el feroz montador de pingos y sobador de vihuelas faenara otro mulato en una pulpería. Prefería quedarse en su casa masturbándose con Vaporeon. Yo prefiero a Gardevoir. Ya sé que es trillado, pero los pokemones insectos no me van. Me puedo estimular con música y alcohol. Pero me excito más con Vaporeon.

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